DISCAPACITODOS

Educación, Tecnología y Accesibilidad nos importan a todos. Porque bajo las circunstancias adecuadas, todos somos discapacitados.

Tirar al bebé con el agua del baño

La polémica de esta semana nos la ha servido en bandeja un épico «Lost in Translation» que llevó a la opinión pública española (aunque también corrió por otros países de Europa) a creer que Finlandia, punta de lanza de la educación mundial, dejaría de enseñar la escritura a mano.
Por supuesto no faltaron airadas opiniones a favor o en contra. Quizá la que más revuelo levantó sea la de Enrique Dans, experto en tecnología, profesor universitario y reconocido bloguero, que redactó un post cuasi-incendiario defendiendo la iniciativa. El aluvión de opiniones no se hizo esperar, generando ríos de caracteres en una y otra dirección.
En apenas un par de días, como era de esperar, se matizó el asunto. Finlandia aclaró que no se habían vuelto locos y que tenían toda la intención de seguir enseñando a su alumnado a escribir a mano. Lo que sí abandonarían, al menos en el currículo obligatorio (el de obligado cumplimiento en todo el país) es la práctica de la caligrafía ligada, en favor de los caracteres tipográficos (a veces llamados «de palo»). En Finlandia, como en muchos otros países, hay un currículo básico, que es el que ahora se modifica. Los centros educativos pueden, en el ejercicio de su autonomía y siempre respetando esos básicos, configurar su propio currículo. Por ello muchas escuelas seguirán, o podrán seguir, enseñando y practicando la «buena letra ligada». Simplemente deja de ser objetivo educativo nacional.
De toda la polvareda que se ha levantado, que no es poca, me gustaría destacar una serie de cuestiones que este incidente ha puesto de manifiesto.
Browne, Henriette - A Girl Writing; The Pet Goldfinch - Google Art Project

La educación es opinión

O al menos eso se desprenden de los textos que han circulado la última semana por los medios de comunicación. Salvo honrosas excepciones los medios citan de oídas estudios o directamente mencionan las opiniones de expertos en la materia sin molestarse en enlazar algún estudio serio al respecto.
Una vez más se pone de manifiesto que, en lo que respecta a educación, todos nos sentimos legitimados para opinar porque todos hemos sido, como mínimo, alumnos, cuando no padres o maestros.
Otro día hablamos más pormenorizadamente de la doble condición científica y artística del magisterio. El arte es de quien lo ejerce. Podemos opinar sobre su efecto en nosotros, la impresión que nos causa y la huella que nos deja. Puede gustarnos o horrorizarnos. Puede ser más o menos mayoritario o servir sólo a unos pocos. Por eso al hablar de la educación como arte entran en juego cuestiones epistemológicas de calado que no deberían tomarse a la ligera. La opinión fácil y rápida trivializa la educación y perpetúa esa idea de que «el que vale, vale; y el que no pa’ magisterio», tan arraigada en nuestro país.
La condición artística del magisterio son arenas movedizas que en otro momento atravesaremos mejor pertrechados.
La vertiente científica de la educación presenta, aparentemente, menos dudas. A tenor de lo visto la susodicha es INEXISTENTE. Los pocos estudios citados (con o sin enlace a la fuente) en los medios de comunicación, fueron siempre los mismos, escasos y descontextualizados.
No se trata de ponerse sesudo pero sí de aportar un mínimo de rigor o respaldo científico a las opiniones que uno vierte alegremente. El sentido común no basta. Nuestros sentidos nos engañan. Si con las opiniones fuesen suficiente el sol seguiría orbitando la tierra, que sería el centro del universo.
En aquellos primeros momentos de la semana, en los que todo el mundo esta convencido de que Finlandia dejaría de enseñar la escritura a mano, no faltaron defensores a favor y en contra, con argumentos de pura especulación.
La realidad es que, aun siendo materia de debate en la comunidad científica, parece que los estudios por neuroimagen inclinan la balanza a favor del aprendizaje manual de la lectoescritura. Lo cual tiene sentido si atendemos a las funciones cognitivas implicadas en el aprendizaje, ya no de los fonemas y grafemas, sino de las palabras en su conjunto.
Algunos ejemplos cualificados podemos encontrarlos en:

En general los resultados muestran más activación cerebral, mejor memoria y fijación de los aprendizajes, así como mejor integración de los mismos en el proceso lectoescritor.
No obstante esta correlación no justifica la resistencia numantina a enseñar la lectoescritura directamente a través del ordenador en aquellos niños que presentan diversidad funcional que restringe o dificulta los movimientos necesarios en la escritura. Llevo un tiempo trabajando en campo, y, por ello, sé bien de las reticencias del profesorado de Educación Especial al respecto. Es una materia de debate que también cuenta con sus apoyos científicos.
Tampoco parece haber evidencias sólidas a favor de la escritura ligada, la típica de la caligrafía rubio, frente a la caligrafía tipográfica. La caligrafía ligada cuenta con más tradición que evidencia, tradición arraigada en los planes de estudio de Magisterio, que obligaban a los futuros maestros a estudiar Caligrafía y examinarse de ella (apuntes sobre la historia del magisterio y las escuelas normales).Muy típico por otra parte. La justificación ombliguil a los contenidos curriculares en nuestro país es, con demasiada frecuencia, la ecuación: «Lo que se ha enseñado de toda la vida»+»lo que yo domino»= «Currículum ideal».
Toda opinión debería partir del análisis concienzudo de las evidencias científicas disponibles. Sólo a partir de estas podemos debatir.

Afirmaciones extraordinarias requieren de pruebas extraordinarias

Ya lo decía Laplace en una sentencia parafraseada y popularizada por Carl Sagan «El peso de la prueba de una afirmación extraordinaria debe ser proporcional a su extrañeza». La idea siquiera de que un país, y no cualquiera, sino Finlandia, con poca sospecha de extravagancias y ocurrencias peregrinas en materia de educación, afirme que va a dejar de enseñar a sus infantes la escritura manual, debió hacer saltar todas las alarmas. O bien era falso o estaba malinterpretado. Olió a cuerno quemado desde el minuto cero. No poca gente ese día me hizo llegar los artículos publicados por diferentes medios y post en diferentes blogs esperando que me manifestase.
No lo hice.
Un salto al vacío en educación de esa magnitud se me antojaba extraño. Y, en cualquier caso, pese a llevar unos meses con el tema Caligrafía vs Mecanografía en mi carpeta de «investigación», entendí que abordar semejante tema requería de revisión pausada de la bibliografía y un poco de distancia emocional y temporal con la noticia-bomba.
De los periodistas, últimamente, nada me extraña. Tampoco hay que ser excesivamente duros con ellos. En ocasiones resulta francamente difícil distinguir cuando una noticia es verdadera o cuando proviene de medios satíricos. Vivimos tiempos líquidos, como decía Bauman, y el líquido parece ser espirituoso.
Esperaba, no obstante, algo más de rigor y escepticismo por parte de Enrique Dans, quien, me temo, nos regaló un ejemplo perfecto de sesgo cognitivo. «I want to believe». Ninguno de nosotros estamos exentos y todos caeremos antes o después. De ahí la importancia del método.

¿Mecanografía? ¿en serio?

Finalmente una cuestión clave que nadie parece abordar es que Finlandia carga las tintas en aprender a manejar el teclado. EL TECLADO. Como si la máquina de escribir se hubiese inventado anteayer. Las clases de mecanografía en la academia particular son tan «Yo fui a la EGB» como la rana Gustavo.
ASDFGÑLKJH, cambiamos un cuadernillo Rubio por otro.
Los teclados físicos están desapareciendo de la interacción móvil. Teléfonos y tabletas optan por el reconocimiento de voz. Y cuando se opta por teclado QWERTY en pantalla, el método predilecto tiende a ser el swype. Los ordenadores van en la misma línea.
Claro que seguiremos tecleando durante mucho tiempo. Igual que seguiremos escribiendo a mano sobre tabletas digitales, igual que le hablaremos a nuestros dispositivos. Cambiar una técnica anticuada en favor de otra casi casi igual de obsoleta lo único que nos muestra es que en educación seguimos 100 años por detrás de la sociedad que nos rodea.

Los ingleses tienen un idiom que me encanta: «Don’t throw the baby out with the bath water» (No tires al bebé con el agual del baño). No sea que por cambiar las aguas de la educación tiremos lo poquito que realmente importa, que no es la caligrafía sino la ciencia pedagógica.

1 comment for “Tirar al bebé con el agua del baño

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