Se aproxima el 11 de febrero y, por tanto, el Día Internacional de la mujer y la niña en la ciencia. A lo largo de los próximos días las redes sociales, prensa tradicional y digital, blogs, y demás ecosistemas comunicativos se poblarán de mujeres que aportaron su grano de arena (y en ocasiones su pedrusco de cientos de toneladas) para que la humanidad comprenda un poco mejor en entorno en el que vive y lo haga durante más tiempo y con más comodidad. Se trata de poner en valor el 50% del talento humano que, por diversas razones, permanece una especie de cara oculta de la ciencia y la tecnología. Tal vez el 13 de febrero, cuando nos pregunten por grandes científicas volvamos a sudar sangre tras haber nombrado a Marie Curie, Ada Byron y Hedy Lamarr, pero durante un par de semanas al menos vamos a disfrutar el lado más femenino de la ciencia y la tecnología. Porque nos lo merecemos y porque nuestras niñas necesitan referentes de grandes científicas, figuras inspiradoras que les muestren que sí se puede ser mujer y hacer ciencia.
Mi campo de especialidad, como sabéis, son las ciencias de la educación (de hecho mi título dice «Filosofía y Ciencias de la Educación», literalmente), esas que para muchos no son ciencias y a duras penas son educativas. Sin embargo soy #frikipedagógica sin remedio y creo firmemente que las futuras profesionales de la educación necesitan referentes de éxito tanto como las futuras físicas, químicas o matemáticas. Necesitan referentes, además, de mujeres que hayan aportado algo a la ciencia educativa (educación basada en la evidencia) a la incorporación de la mujer a la ciencia.
No deja de ser indignante que en un campo donde las mujeres somos amplísima mayoría (el profesorado de educación obligatoria es mayoritariamente femenino en casi todos los países de nuestro entorno ahora y desde hace mucho mucho tiempo), los referentes que cualquier estudiante de ciencias de la educación ve durante su formación son, con excepción de María Montessori (la Marie Curie de la pedagogía), todos hombres (Dewey, Pestalozzi, Freinet, Froebel, Freire, y un largo etcétera). El techo de cristal nunca estuvo tan bien ejemplificado. Servimos como maestras pero no como pedagogas, como profes de infantil pero no como profes de universidad. Pero no es cierto. A lo largo de la historia grandes mujeres han realizado contribuciones maravillosas al mundo de las ciencias de la educación en campos muy variados. Durante los próximos días vamos a conocer a unas cuantas y, pasado el 11 de febrero, tal vez me anime y siga de vez en cuando. Hay vida en las ciencias de la educación en femenino más allá de María Montessori.
He preparado unas fichas sencillas para, aquellos que seáis profes, podáis utilizarlas en clase si queréis. La sistemática será sencilla. Os dejaré una breve reseña biográfica en la entrada, con enlaces «para saber más», un póster resumen en color (y el mismo póster sin texto por si queréis ponerlo en otro idioma o añadir un texto diferente) , una imagen en color y otra en B/N y algunos temas para trabajar en el aula con el alumnado. El cómo, actividades concretas y demás dependerá de la edad de vuestro alumnado, no es lo mismo si dais clase en infantil que si lo hacéis en la facultad. De hecho yo voy a utilizar alguna de las fichas en infantil (así surgió la idea) porque me han invitado a contarle a un grupo de niños de 3 a 5 años en mi Villagarcía de Arousa natal, como las mujeres podemos hacer ciencia desde el mundo de la educación (un honor, un privilegio y toda una experiencia).
DISCLAIMER: No soy ilustradora, he hecho lo que he podido con buena voluntad, parasitismo del material de dibujo de Jorge del Oro, y más ganas que talento.
La primera persona de la que vamos a hablar (por ninguna razón en especial, no sigo ningún orden de importancia o cronológico) será…
María de Maeztu
María de Maeztu Whitney nació en Vitoria en 1881. Con 17 años se graduó en la Escuela Normal (tened en cuenta que entonces Magisterio correspondía a estudios secundarios y no estudios universitarios) y empezó a ejercer como maestra. Diez años después, en 1907, completó el Bachiller y dos años más tarde se matricularía como alumna no oficial en la Universidad de Salamanca, donde se licenciaría en Filosofía y Letras en 1915. Por su entorno familiar se desenvolvía en varios idiomas y destacó siempre en temas de pedagogía social. Por ello fue becada por la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas para realizar estancias en Londres, Bruselas y Marburgo (Alemania). Perteneció al círculo de José Ortega y Gasset. Al terminar sus estudios fue nombrada directora de la Residencia Internacional de Señoritas, en Madrid, su gran proyecto vital. Desempeñaría este puesto hasta el estallido de la Guerra Civil en 1936, momento en el que María renuncia y parte al exilio hasta su muerte en 1948.
La Residencia fue un hervidero cultural y un verdadero empujón a la formación científica y universitaria de las mujeres españolas.
En sus salones nacieron proyectos como el Lyceum Club Femenino y, en su afán de acercar la ciencia hecha por mujeres a sus residentes a modo de ejemplo y referente, lograron contar con la presencia de Marie Curie, que se alojó en allí con motivo de su visita a España para impartir una conferencia en la Residencia de Estudiantes.

Marie Curie y su hija en la residencia de estudiantes
María de Maeztu dirigió también el Instituto-Escuela, un proyecto educativo que buscaba acercar los principios de la Institución Libre de Enseñanza (ILE)y la pedagogía activa a la educación secundaria y, progresivamente a la formación del profesorado.
Hay dos frases que, en mi opinión, la definen muy bien:
Es verdad el dicho antiguo de que la letra con sangre entra, pero no ha de ser con la del niño, sino con la del maestro.
Soy feminista; me avergonzaría no serlo, porque creo que toda mujer que piensa debe sentir el deseo de colaborar como persona, en la obra total de la cultura humana.
Fue nombrada doctora honoris causa por distintas universidades del mundo. Hoy en día el Gobierno de España reconoce con una distinción que lleva su nombre, a aquellas «unidades públicas de investigación, en cualquier área científica, que demuestran impacto y liderazgo científico a nivel internacional y que colaboran activamente con su entorno social y empresarial».
Para trabajar en el aula:
- ¿Cómo ha sido la educación de las mujeres a lo largo de la historia?
- ¿Es importante favorecer la presencia de las mujeres en la ciencia y la tecnología? ¿Por qué?
- ¿Cómo podemos mejorar la educación de las mujeres y mostrarles las gran cosas que otras científicas han hecho a lo largo de la historia tanto a las niñas como a los niños?
- ¿Cómo podemos hacer la ciencia más igualitaria?
Para saber más:
María de Maeztu en Ojos de papel
Otros recursos gráficos:
Posters a tamaño absurdo:
Imagen en B/N (si la necesitáis a tamaño absurdo no dudéis en pedirla):