Siempre he considerado que, de las muchas desventajas que tienen las ortesis actuales, el aspecto «decididamente médico-torturador» es, posiblemente, la que más me irrita. En esencia por su evitabilidad y por la fácil solución que tiene. Ese aspecto como recién salido del centro médico del doctor Mengele responde a una estética no-pain-no-gain (si no duele no vale) bastante demodé y…