Este apodo, últimamente famoso por ser el que recibe Tyrion Lannister, se remonta muy atrás en el tiempo. Existió un mediohombre, un estratega fantástico, un luchador formidable, un marino cuyas hazañas sólo podía enterrar en el olvido un país como el nuestro: Blas de Lezo. Debía su apodo a su condición de cojo, manco y tuerto… dicen las malas lenguas…