DISCAPACITODOS

Educación, Tecnología y Accesibilidad nos importan a todos. Porque bajo las circunstancias adecuadas, todos somos discapacitados.

La ESO anormal

Vaya por delante que no soy, ni mucho menos, experta en estadística. Pero de sentido común, sin ser ejemplo ni paradigma, creo ir razonablemente servida.
Por eso artículos como este:

Uno de cada cuatro gallegos que acaba la ESO obtiene el título con suspensos

me altera la faceta #frikipedagógica y me hincha la vena de la didáctica y la organización escolar.

Que me cabrea, vaya.
Porque oiga Vd, uno de cada cuatro es un 25%, un 25% de los que acaban, que no son todos.

Cuatro de cada diez alumnos de 15 años han repetido curso
El porcentaje de alumnos que no obtiene el título de la ESO es de, aproximadamente, el 25% (hay gran variabilidad entre las distintas comunidades). Nos queda un 75%, de media, que sí titula.
Pero en este 75% tenemos que incluir a los que han repetido curso, entre un 40% y un 50%. Vamos a deducir que los que titulan en la ESO con materias suspensas ya han repetido, al menos, una vez, ya que así suele ser.
Tomemos un grupo genérico de 100 alumnos de secundaria. 75 de ellos logran el título de ESO (recordemos educación básica, universal y obligatoria).
Entre 38 y 45 obtienen el título de la ESO en el tiempo previsto (10 años) y sin materias suspensas.
Pero entre 30 y 38 obtienen este título únicamente tras repetir, al menos, una vez. De ellos 19 obtendrán gracia del equipo docente y titularán pese a tener materias suspensas.
Las teorías clásicas sobre la inteligencia, tan buenas o malas como cualquier otra, pero comúnmente aceptadas a la hora de clasificar a los humanos por su, supuesta, capacidad de raciocinio; dicen que esta se distribuye en torno a una normal. Es decir, que el conjunto de la inteligencia de la población del planeta se distribuye a lo largo de una campana de Gauss, una curva normal de toda la vida.
Obviamente, y a la vista de periódicos, revistas, televisión y redes sociales, España debe ser extraterrestre.
Según la Wikipedia para una distribución normal:

Alrededor del 68% de los valores de una distribución normal están a una distancia σ < 1 (desviación típica) de la media, μ; alrededor del 95% de los valores están a dos desviaciones típicas de la media y alrededor del 99,7% están a tres desviaciones típicas de la media. Esto se conoce como la «regla 68-95-99,7» o la «regla empírica».

Lo «normal» está en el ámbito de las dos desviaciones típicas, es decir, lo normal abarca a un 95% de la población. Tiene sentido. Así lo estudié yo. Si estoy equivocada que algún experto en estadística me lo explique bien.

Lo normal cuando uno plantea una educación básica, universal y obligatoria, es que el grupo «normal» de población sea capaz de completarla en el tiempo en el que fue prevista y en las condiciones «normales» (sin medidas de gracia ni con flecos colgando).

Claramente nuestra población es anormal. O la ESO es anormal. O, a lo mejor, los anormales son los que programan, ordenan y ejecutan una educación secundaria que todavía no ha asumido su carácter de «general» y «para todos».

El día que un profe de ESO sea capaz de aprobar todos los examenes de todas las materias a las que se someten sus alumnos, me creeré que estamos en el buen camino.

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